Calvin y Hobbes

Las personas, en algún momento de su vida, cometen distintos tipos de trampa para obtener éxito en determinados asuntos. Algunas personas solo lo hacen en cosas pequeñas, sin embargo algunas lo hacen en situaciones más graves. Pero lo seguro es que aquellas personas que lo hacen en situaciones graves, tienen que haber empezado por hacerlo en situaciones más pequeñas.
Cuando se hace trampa, sea en la situación que sea, estamos atentando contra nuestra moral, pues si no fuese así no reconoceríamos que hacemos trampa.
Sin embargo, vivimos en un mundo tan competitivo, donde la idea de buenas calificaciones está asociada a un éxito laboral futuro, e incluso los niños de cursos de transición, hacen trampa por obtener buenas calificaciones, lo que no significa solo copiar en pruebas, puede ser incluso siendo “patero” con la profesora.
Es tan grande el miedo al fracaso que existe en la sociedad moderna, por que si fracasamos no somos nadie en esta vida, que se justifica la trampa como un medio para obtener ese anhelado éxito. Sin embargo pasamos a llevar nuestra moral, pero hoy en día esto tiene menor importancia en comparación al éxito de la vida moderna.
En resumen, todos alguna vez en la vida realizamos algún tipo de trampa, consientes de que damos la espalda a nuestra moral, pero preferimos el éxito, que ha ser fieles, incluso en los aspectos más pequeños de la vida, a nuestra moral.